Índice:
2 de 4: Silencio, se rueda. La segunda sesión de rodaje.
4 de 4: El casco. Making Jause MD. El guión. El personal. El rodaje. Convirtiéndome en Jause.
Silencio, se rueda.
Curiosamente el primer vídeo que estrenamos («El dilema») ni siquiera tuvo guión (bueno, igual esto no sorprende a más de uno xD). Lo que pasó es que necesitábamos un muñeco para «Problema laríngeo» y a parte del muñeco que usamos también habíamos conseguido un par de trancas y barrancas. El equipo estaba entusiasmado con la idea de rodar con los peluches, pero no teníamos un guión para ellas. Sencillamente improvisamos. Cada miembro del equipo aportó ideas in situ y en un momento lo estábamos grabando.
¿Quién haría de médico en «El dilema»? Tras «Un día de prácticas» (¡gran colaboración la de Vicente!) hice de médico para «La pregunta del millón» y cuando pregunté por un médico para problema laríngeo la gente me señaló. Y cuando dijimos lo de trancas y barrancas más de lo mismo, la gente se había quitado las batas y el único uniformado era yo. Aunque claro, lo hice con mucho gusto.
Hay que decir que no teníamos una agenda de rodaje muy bien planificada, más bien nada. Conseguimos quedar todos y yo les pedí que llevaran de todo para poder grabar el mayor número de cortos posible. Cuando apareció Vicente (nuestro médico en «Un día de prácticas») quedó decidido por donde íbamos a empezar (ya que nos hacía el favor no le íbamos a hacer esperar).
A continuación fuímos rodando lo más fácil hasta que la gente empezó a irse y vimos que ya era muy tarde y faltaban materiales para seguir grabando.
La segunda sesión de rodaje.
El número de guiones había aumentado. Un compañero me dió la idea para «mafia» y otra compañera del comité también escribió un guión que desgraciadamente no llegamos a rodar.
Costó mucho fijar la fecha del segundo rodaje. Estaba claro que íbamos a rodar mafia, Problemas de flujo y Asma.
Gracias a la colaboración de mi asesor médico pudimos conseguir una sala para la grabación que parecía más una consulta que la sala de delegación de estudiantes.
Para el corto Mafia llevé una chaqueta de vestir para Pepe (que hace del primer mafioso que protesta) pero claro, no había pensado que es más alto que yo. De hecho apenas se podía mover con la chaqueta puesta, por eso está tan firme al fondo.
Las chicas iban espectaculares, el sombrero… todo. También nuestro Bladimir Ostienco queda de lujo.
Cuando quise caracterizarme cometí varios errores. Llevaba para la ocasión una flor de papel para ponerme en el bolsillo de la chaqueta, pero se me olvidó ponerla y recogiendo el material la ví. Pasé mucho tiempo pensando en cómo hacer para aparentar más edad.
Lo único que salió bien de lo que pensé fue dejarme la perilla. Lo digo porque también olvidé peinarme para hacerme el pelo hacia atrás y exagerar las entradas.
Tampoco tuve maquillaje para pintarme un par de arrugas. Y las canas han sido el gran reto de los rodajes. Pensé hacerlas con polvo de tiza pero no había manera, se requería mucha tiza. Menos mal que nuestro asesor médico tenía unas ceras y el color blanco vino al pelo para pintarme unas canas, aunque en el vídeo no se ven muy bien.
Y lo que muchos me preguntan, ¿Qué te metiste en la boca? Pues unos trozos de algodón, lo que da un poco de asco, por cierto. Esto me impedía hablar con normalidad y es parte de la ayuda para sacar la voz de mafioso. La otra ayuda fue la faringitis galopante que había pillado. Menos mal que el Dr. Philip me dió un ibuprofeno porque no me tenía en pie en el rodaje.
De hecho, en «Fumar mata» realmente no dirigí. El cámara siguió el guión a la perfección y lo dirigió él mismo mientras yo buscaba una farmacia para comprar los antibióticos que me habían recetado para la faringitis.