¡Estalla la guerra!
Con Rocky III Stallone recibió aún mejores críticas que con la dos… de modo que estaba cantado, tres años después volvía a enfundarse los guantes de cuero para encarnar de nuevo al potro italiano. Sin embargo, este episodio de alejaría enormemente del Rocky que habíamos conocido.
A continuación el trailer original de 1985 (no lo he conseguido en mejor calidad) y un montaje que me ha gustado:
Ficha técnica.
Dirección: Sylvester Stallone.
País: USA.
Año: 1985.
Duración: 91 min.
Género: Drama, boxeo.
Interpretación: Rocky Balboa (Sylvester Stallone), Adrianna “Adrian” Pennino (Talia Shire), Paulie Pennino (Burt Young), Apollo Creed (Carl Weathers) y el capitán Ivan Dragon (Dolph Lundgren).
Guión: Sylvester Stallone.
Producción: Chartoff-Winkler Productions.
Música: Vince DiCola.
Argumento.
La Unión Soviética decide entrar en el campeonato profesional de boxeo para lo cual tienen preparado a su mejor boxeador: el capitán Ivan Drago. Para demostrar sus serias intenciones hacia el boxeo profesional deciden retar a EEUU a un combate de exhibición.
Pese a solicitar un combate directo contra el dos veces campeón del mundo, Rocky Balboa, lo que consiguen es que Apollo Creed, el ex-campeón del mundo acceda a librar el combate.
El combate acabará en tragedia y Rocky decidirá enfrentarse a Drago, quien parece ser sencillamente indestructible.
Opinión.
Si Rocky III ya se alejaba de la trágica historia de un hombre sencillo que aspiraba a algo más en la vida, Rocky IV no tiene nada que ver.
Rocky es aquí un consolidado campeón del mundo admirado por todos. Y pese a haber librado grandes batallas en el ring habiendo vencido a los mejores de repente aparece Ivan Dragon que lo pintan como poco menos que un Terminator.
La película está falta de guión, centrándose en el combate y el entrenamiento. Es más, la película discurre entre entrenamientos, desafíos y las peleas. Se convierte en puro americanismo donde el americano desafía al ruso y tal y cual y al final unas palabritas del americano y todos tan felices. Curioso, nadie recuerda que Rocky es ITALO-americano…
Se echa de menos la música de Bill Conti pero creo que el trabajo de Vince Dicola está a la altura, gustándome especialmente «War» aunque el resto de temas, sobretodo «Hearts on fire» están muy bien.
La película, eso sí, es dinámica y transcurre con velocidad. El dolor por la pérdida de un amigo que motiva a Rocky se convierte en una convincente excusa para que se enfrente al nuevo desafío.
La pelea y los entrenamientos.
Es sin duda el gran atractivo de la película. Los entrenamientos son de lo mejor y duele de verlos entrenar. De hecho siempre me ha hecho gracia que Duke sude con solo mirar a Rocky hacer abdominales.
En cuanto a la pelea, hay dos cosas que decir de la misma. Los juegos de pies de Drago y Rocky brillan por su ausencia. Se echa de menos el juego de pies que Rocky lucía en Rocky III.
Ahora tendrás que pasar un infierno, peor que cualquiera de tus pesadillas, pero al final, sé que serás tú el que quede en pie.
Duke, Rocky IV.
Por otro estamos ante la pelea más bestia de la saga. Brutal el directo que tumba a Rocky en el primer asalto mandándolo a la otra punta del ring. Pese a la falta de técnica, es un combate salvaje y emocionante. Una escena para no olvidar. Porque sencillamente que dos personas aguanten 15 asaltos peleando al nivel al que lo hacen Drago y Rocky, cuando además ni se protegen de los golpes porque los encajan que da gusto es una pasada…
¡No hay dolor! ¡No hay dolor!
Duke, Rocky IV.
Por que las ostias no te las estás llevando tú, no te jode…¬¬
El lobo ibérico.
En resumen.
De Rocky IV podemos comentar lo mejor y lo peor. El espíritu de americanismo agobia y le resta enteros a la película, casi es convertir a Rocky en un Rambo sobre el ring. Además el guión es más bien flojo.
Sin embargo, la película se hace bastante amena y ágil y termina por enganchar sobretodo para los fans de Rocky, del boxeo y del mundo de las pesas.
Recomendable para los fans de Rocky, los que gustan de las buenas peleas y los que lo pasamos bien en el gimnasio, que mientras entrenamos siempre hacemos alusiones a esta película.
Posiblemente la escena de boxeo más bestia que haya visto del cine.