¿Por qué un análisis en profundidad?
La evolución en el estilo de dibujo de Nobuhiro Watsuki es muy sutil y desde los primeros números se puede ir apreciando.
Rurouni Kenshin o Samurai X como también es conocido es una obra muy rica y de la que se puede aprender mucho a la hora de hacer un cómic, sobretodo uno de artes marciales. Ya hablé de Rurouni Kenshin y del principio del manga, vamos a continuar donde lo dejamos.
Los tomos 1 y 2.
Tras presentar a Kaoru y Kenshin se incorpora el personaje de Yaiko Myojin. Intenta robar a Kenshin pero es pillado por este.
Yaiko es hijo de un samurai que falleció en la guerra. Su madre que intentó criarlo sola falleció poco después. Tras eso fue recojido por los yakuza quienes le obligan a robar. Pero Yaiko no quiere ese ruín futuro y quiere convertirse en samurai como su padre, a quién admira mucho.
Al negarse a robar los yakuza arremeten contra Yaiko. Pero Kenshin lo salva y se lo lleva al dojo Kamiya donde Kaoru lo toma como alumno y se queda a vivir en el dojo.
Los hermanos Kiheh y Goheh contratan a Sanosuke Sagara, apodado entonces Zanza en honor al Zanbato que maneja. Sanosuke es un camorrista amante de las peleas que acepta dinero a cambio de darle un merecido a quien sea.
De niño perteneció al Sekiotai un ejército formado por campesinos que apoyaron a los patriotas durante la guerra. Al final de la guerra el Sekiotai fue acusado de difundir falsa información sobre el gobierno y fueron duramente castigados con varias ejecuciones. Sanosuke es uno de los supervivientes y cuando descubre que el objetivo que le encargan, Kenshin, es un ex-patriota, está encantado por poder llevar a cabo su venganza personal contra los patriotas.
Pero durante su combate Sanosuke se da cuenta de que Kenshin no es como los demás patriotas, ha renunciado al dinero, es un vagabundo que sólo busca ayudar a la gente.
Tras perder su combate con Kenshin decide dejar su vida de camorrista y el apodo de Zanza (aunque aún habiendo querido mantenerlo lo habría tenido difícil al haber sido destruido su Zanbato en su lucha con Kenshin).
El dibujo.
Bueno nos situamos analizando los dos primeros tomos (mitad del primero y hasta la mitad del segundo) y evidentemente aún no ha dado tiempo de que el estilo cambie.
Especial atención a las escenas de lucha. Algo por lo que destaca el autor es por la velocidad que consigue imprimirle a los personajes en la batalla. Buen uso de las líneas cinéticas. Para que apreciéis los recursos utilizados para darle velocidad a las escenas he seleccionado algunas páginas que acompañan al post. Observad con atención.
Los personajes.
A destacar también como caracteriza a los personajes. Un pasado tortuoso y un estilo gráfico individual para cada personaje.
Cada personaje luce una estética radicalmente distinta al resto. Estilo de vestir facciones, corpulencia… Además juego a su antojo con las proporciones de cada personajes, desde los más canijos como Yaiko a los más gigantes, como uno de los diez espadas de Sishio Makoto de los que ya hablaremos.
Nobuhiro consigue ser original e inovador con cada personaje dotándolos además a cada uno de un estilo de lucha personalizado.
Coged como ejemplo a Sanosuke Sagara, que lleva el símbolo del mal en la espalda, pues si el bien es lo que defienden los llamados patriotas, él es lo opuesto, él es el mal.
En el próximo post hablaremos del Batosai el carnicero y Jinne Udo.