Tomo 4
L, Light y el segundo Kira.
La lucha entre Light y L adquiere un nuevo cariz cuando entra en escena el segunda Kira: Misa que busca que Kira la conozca y se ponga en contacto con ella.
Pero estas románticas intenciones no son las que comparte Kira/Light. Va a intentar utilizarla si es afín a él o eliminarla en caso contrario. Y L lo deduce todo.
De modo que el combate ahora se dirige a ver quién descubre antes al segundo Kira.
Pero el segundo Kira tiene sus propias intenciones: pretende localizar al Kira original y ofrecerle su apoyo. Para hacerlo se ayuda de unos vídeos que envía nuevamente a la cadena de televisión.
El kit del duelo será cuando el segundo Kira envíe una hoja de su diario donde en clave refiere varios sitios y fechas para quedar con el Kira original. Ligth revisará los sitios junto con otro inspector y el segundo Kira lo verá gracias al ojo del shinigami (al no ver el tiempo de vida que le resta, sabe que es él el dueño de la Death Note). Al día siguiente envía otro vídeo agradeciéndole a la policía su ayuda y que ya ha localizado al Kira original.
Dicho de otro modo está diciendo sin saberlo el lugar y la hora y L sabe que Light ha estado en los dos sitios, si a eso le sumamos que Kira debió ser uno de los investigados por Rayne Penber tenemos que Light vuelve a ser sospechoso.
Misa irá a casa de Light para hablar con él. Ahora Light deberá lidiar con ella y con Rem la shinigami que jura protegerla de él si este intenta algo contra ella.
Aparentemente Light lo tiene difícil hasta que consigue que Misa pida a Rem que mate a L. Parece que va a tener a L en bandeja pero L ya sospecha algo y advierte que si muere en los próximos días necesariamente Light es Kira.
Tras esta conversación en el campus de la universidad llega Misa, que iba a rodar un anuncio en un edificio de los alrededores, al presentarse L con un nombre falso Misa sabe que algo no está bien pues puede ver su auténtico nombre con el ojo del Shinigami.
Light sutilmente consigue callarla y da la batalla por ganada ahora que Misa tiene el nombre de L. Pero para su sorpresa al llamarla el móvil lo tiene L que en un descuido de esta se lo ha cogido. Para postre ha mandado arrestar a Misa pues el estudio minucioso del sobre y los materiales enviados a la televisión apuntan a ella.
Con Misa presa como sospechosa de ser el segundo Kira todas las pruebas apuntan a Light.
Light se libera de los Death Note.
Misa estando presa llega al límite de su voluntad y pide a Rem que la mate, con el fin de que no puedan incriminar a Light. Pero Rem no se ve capaz de modo que la convence de que renuncie al Death Note y de esta manera pierda los recuerdos relativos al mismo y así no pueda decir nada que incrimine a Light.
Misa accede y Rem va a avisar a Light adiviritiéndole que si no rescata a Misa le matará. Es hora del elaborado plan de Light para librarse de toda sospecha.
Light elabora un complejo plan que no terminaremos de entender hasta varios tomos después. Pero va al bosque y entierra una Death Note habiendo renunciado previamente a ella. Ya lo tiene todo preparado, ahora queda morder el cebo e ir hacia L.
El enclaustro de Light.
Light aparece ante los investigadores afirmando que podría ser él mismo Kira sin saberlo. Consigue llevar la conversación a dónde él quería: a que L sugiera que sea aislado para comprobar si es o no es Kira. Light accede a que se le encierre y se le vigile, ya lo ha organizado todo para que esto acabe con las sospechas que pesan sobre él.
Fin del tomo 4.
Comentario del tomo 4.
Sin duda Misa es el gran elemento que Light no podía preveer. ¿Otro shinigami con otro cuaderno cedido a un humano?
Los errores de Misa sumados a los errores cometidos con Light hasta ahora acorralan a Light.
Parece que lo tiene todo en contra pero Light contraataca con un plan minuciosamente elaborado que no terminaremos de entender hasta varios tomos después
Nuevamente un gran duelo entre titanes: L que sabe que se juega la vida al atreverse a enseñar la cara al principal sospechoso y Light que tiene que jugar al despiste y elaborar un plan para alejar de sí las sospechas.
Fin del comentario del tomo 4.