Impotencia vasculogénica. (8 de 10)

ÍNDICE

  1. Historia clínica. (4)
  2. Examen físico. (4)
  3. Pruebas de laboratorio. (4)
  4. Pruebas complementarias. (5)
  1. Cirugía de revascularización. (7)
  2. Técnica quirúrgica. (8)
  3. Técnicas quirúrgicas de cirugía venosa. (9)
  4. Tratamiento de la Enfermedad de La Peyronie. (10)

La técnica quirúrgica. En la mayoría de casos de DE con causa arteriogénica pura la obstrucción está en el plexo hipogástrico-cavernoso a la altura de las pudendas internas o de la arteria peneana común antes de su bifurcación en dorsal y cavernosa. El objetivo es aumentar el flujo arterial cavernoso usando la arteria epigástrica inferior como arteria donante y anastomosándola a la arteria dorsal peneana del lado afecto. Tras una arteriografía para ver el estado de las arterias que se verán involucradas en la intervención procederemos así:

1. Seleccionamos la mejor arteria epigástrica y en el lado contralateral realizamos una incisión curvilínea inguino-escrotal a dos traveses de dedo del pene. La incisión inferior escrotal sobrepasa el rafe de este.

2. Con un separador de Scott mejoramos el campo. Mediante disección roma liberamos el pene. (Cuidado: se deben respetar los ligamentos suspensorios y fundiforme pues en ellos discurren los nervios que serán fundamentales para que el resultado sea el deseado).

3. Se exponen y aíslan las arterias dorsales del pene. Especial cuidado porque cualquier trauma puede provocar vasoconstricción y daño endotelial. La irrigación con papaverina puede prevenir tal daño.

4. Se identifican ambas arterias dorsales y se disecan desde el cuerpo del pene al ligamento fundiforme respetando este.

5. Para disecar la arteria epigástrica primero cerramos temporalmente con grapas la incisión inguino-escrotal que acabamos de realizar.

6. Iniciamos la nueva incisión para localizar la epigástrica. Calculamos ocho partes iguales desde el pubis al ombligo y a la altura de cinco empezamos el corte que se prolonga transversalmente unos cuatro traveses de dedo.

7. La fascia del recto es incindida verticalmente y se rechaza el músculo recto medialmente. En este plano se disecan las arterias y venas epigástricas junto con la grasa de alrededor, todo en bloque. Es importante aislar un buen tramo para que no surjan tensiones posteriores al realizar la anastómosis. También se irrigan con papaverina para minimizar el trauma endotelial.

8. Mediante una disección con punta roma labramos un camino desde esta incisión hasta el defecto creado antes en el ligamento fundiforme.

9. Un disector de ángulo recto largo es cuidadosamente pasado a través de la ruta previamente labrada y con dicho instrumento se tracciona de la parte distal del haz arterio-venoso epigástrico, transfiriendo éste a la base del pene. Ha de comprobarse que la arteria sangra de manera pulsátil y es de adecuada longitud. Se cierra la incisión abdominal por planos.

10.  La anastómosis de elección es termino lateral siempre y cuando la comunicación entre la arteria dorsal y la cavernosa estén comunicadas tanto en dirección proximal como distal. Se diseca la albugínea y la adventicia del área seleccionada de la arteria dorsal para recibir la epigástrica y por fin las unimos.

Complicaciones: rotura mecánica de la anastómosis con su consecuente hemorragia. Para evitarla se recomiendo evitar la actividad sexual y largos períodos de erección durante las seis semanas siguientes a la intervención. También puede ocurrir dolor peneano o sensibilidad disminuida si se ha dañado el paquete nervioso. Otra posibilidad es el daño de los ligamentos suspensorios que ocasionarían una disminución de la talla del pene.

Seguir leyendo en el post 9 de 10.

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.